Cada libro tiene su historia
“Huracán, 108 años de cultura y deporte – 10 años en la Feria del Libro” no es una excepción y quiero compartir esa historia.
En el mes de octubre del año pasado descubrí en un armario Memorias y Balances antiguas y me dediqué a rescatar para ellas una existencia acorde con la importancia de esos documentos históricos. No hay presente sin historia. No es mirar para atrás, no es una mirada sólo nostálgica, es encontrar la razón del presente, la mejor forma de poder encarar el futuro.
La más antigua que hallé es de 1918. Quizás existan otras. Tal vez estén acumulando ausencias en la casa de algún Quemero que heredó la pasión de padres y abuelos. Es admirable, eran dirigentes jóvenes, con escasos recursos y pocos mecenas. Era difícil editar, no existían las facilidades actuales.
De ahí en más, con algunos baches, el relato minucioso de lo que pasaba en cada disciplina del club surge en esas Memorias, también surge el movimiento del dinero y en muchas de ellas el movimiento de los socios.
El fútbol no dejaba de ser el rey de los deportes, el que despertaba los desvelos y las pasiones que se iban haciendo barrio, tribuna compartida, identidad y pertenencia.
Hay Memorias y Balances, fundamentalmente de la década del ’40, que son verdaderos libros con más de cien páginas.
Recorrer esos ejemplares me impactó y emocionó.
Volví a leer el libro de Jorge Newton escrito con motivo del sesenta aniversario. Hay pocos ejemplares de ese libro de 1968 que Luis Seijo, presidente en ese momento, le encargó a un historiador. Newton hizo un trabajo formidable, sin pasión, pero con el rigor histórico al que pudo llegar con las entrevistas, las Memorias y las Actas de Comisión Directiva.
Admiré el trabajo y la inteligente decisión de Seijo.
Estaba ya en los finales de noviembre, con el entusiasmo puesto en cumplir diez años en la Feria del Libro, gozando y sufriendo con todos ustedes ante los avatares de los dioses de la pelota y las hadas de los tres palos. Imaginé entonces repasar los diez años en la Feria y como en las viejas Memorias repasar a vuelo de zorzal todos los deportes, porque en todos ellos se juega con un Globo en el pecho.
Cómo no incorporar el hockey sobre patines, el más ganador. Cómo no hacer latir entre las cuerdas la rica historia del boxeo. Como no destacar el esfuerzo puesto en cada disciplina que intenta crecer gambeteando las dificultades de los espacios y los recursos.
Me pareció un homenaje imprescindible recordar también los deportes que como la pelota a paleta, la esgrima, el billar y hasta las pesas y el tiro, tuvieron su paso por el Club.
El fútbol no podía faltar e imaginé testimoniar a partir de los dos gritos de “campeón” que nos dieron las estrellas número doce y trece, la vuelta a las Copas Internacionales, el importante subcampeonato invictos en la Sudamericana.
No podía ser de otra manera. Quedaron asignaturas pendientes. Quedó pendiente resaltar el brillante trabajo que tanto en la Sede como en La Quemita, que son dos de los ámbitos en que se desarrollan los deportes, llevan adelante con amor por la camiseta los artífices de esa tarea.
Mirian Mulet, desde la oficina de socios, sin saberlo, juega a todos los deportes. Comparte con los profesores, pone edulcorante en las dificultades y apoya a todos a seguir adelante. En el Campo de Deportes no podemos dejar de admirar el trabajo de los hermanos Folchi, como cariñosamente identificamos a Hernán y Fernando, y el de Abel que además se puso al hombro el hockey sobre césped.
Asignaturas pendientes. El rol de la mujer en el Club, su historia y su actualidad, el trabajo de Valeria y toda su subcomisión. La Pensión, nuestro Palacio y la decisión de Jorge Anca, Sebastián Bo y un grupo de voluntarios de cuidar ese patrimonio histórico y tantos otros temas que no pudieron tratarse en el vuelo de zorzal sobre nuestra historia y nuestro presente. Queda pendiente también poner en texto, valorar, todo el trabajo que sostiene al fútbol profesional, que en muchos casos, como en el de Fernando Salces, implica estar las veinticuatro horas traspirando la camiseta que amamos.
Abarcando tanto se aprieta poco, decían las abuelas. Puede haber imperfecciones en los temas recorridos. De lo que no tengo dudas, es que como siempre, en este libro está mi corazón acunando una de mis pasiones más entrañables.
Néstor Vicente
Presidente Sub Comisión de Cultura y Acción Social
Club Atlético Huracán
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