“Volver a vivir los lindos momentos con mi familia”
El delantero Diego Mendoza conversó en exclusiva con la web oficial y comentó lo importante que fue en lo personal el mostrar nuevamente su máximo rendimiento en el Club Atlético Huracán.
-Lograste completar una temporada de menos a mucho más siendo parte del equipo titular del Globo. ¿Cómo tomaste esta posibilidad?
– No arranqué jugando. En el primer semestre, con la llegada de Wancho (Ábila), no se me dio mucho. Justo cuando tomé la decisión de quedarme, pasaron dos días y llegó él. Me tocó entrar desde el banco, es más difícil. En el segundo semestre, con el arribo de Andrés (Chávez), el técnico priorizó los refuerzos. Igual, me quedé a lucharla. Con sacrificio, entrenamiento y la ayuda de mis compañeros, pude mantenerme en un buen nivel y estar bien en lo físico para aprovechar la oportunidad de hacer lo que el entrenador pedía.
– ¿Estuviste cerca de irte a fin de año?
-Si, estuve muchas veces cerca de irme. Ni bien llegó Gustavo (Alfaro), me dijo que quería que me quedara y lo hice. En diciembre, tuve algunas chances de irme, pero volví a sentir que no era el momento. No estaba bien en lo futbolístico y no venía jugando, irse así del club no me interesaba. Fue una decisión arriesgada porque iba a arrancar de atrás, pero en el fútbol no hay nada firmado. Hay que trabajar y entrenarse, que los resultados se van a dar.
– ¿Dio sus frutos esta decisión de quedarte en Huracán?
-En parte si y en parte nunca sabés. Tal vez, me iba mejor en otra institución. Siempre hay que estar bien de la cabeza, este grupo es muy unido. Nos apoyamos todos no solo dentro de la cancha o en los entrenamientos, sino que también fuera. Eso es muy importante.
-Gustavo Alfaro afirmó en una de las últimas conferencias de la temporada que veía en vos una necesidad de revancha. ¿Sentís que llegó en el final de la Superliga?
-Tenía muchas ganas de volver a estar. Veía que el equipo estaba muy bien, necesitaba estar dentro. A veces, cuando estas afuera, sentís un poco que no sos parte. Igual, el plantel ayuda mucho. Eso es importante. Gustavo (Alfaro) me dejó en claro que arrancaba de atrás y que debía lucharla si quería quedarme. No tenía que resignar nada. Eso dio resultado.
-El accidente fue un antes y un después tanto en lo personal como para tu carrera profesional. Sin entrar en detalles, ¿Cómo quedó la lesión que te sacó de la cancha por más de seis meses?
-Hay que seguirla tratando día a día. Es una herida grande, una cicatriz muy grande. Una de las razones también por las que quería quedarme en el club era por Fernando (Locaso), que fue quien me operó y me controla. Él (Locaso) me dijo que iban a pasar entre tres y cuatro años para que vuelva a sentirme como antes. Por suerte, para jugar y para entrenar no me modifica en nada. Pero, cada tanto, se inflama. Hay que cuidarlo y masajearlo. Ya es parte de mi vida, una costumbre. Jugando al fútbol, necesito hacerlo a diario para estar bien porque, si no lo trato, molesta e incómoda.
– ¿El integrar como titular este equipo de Huracán sirvió como revancha de todo ello?
-Si, si. Una cosa que me queda en la cabeza es por mi familia. Cuando llegué a Huracán, vine con muchas expectativas. Hice el gol de la Copa y después me quedé con bronca. Sacando de lado lo del accidente y la recuperación, no pude jugar esa Copa y eso psicológicamente te mata. El semestre pasado, cuando peleamos el descenso, mi familia casi que ni iba a la cancha porque a mi vieja le hacía mal, lo sufría. Tomé la decisión de que no vengan más porque no les gustaba como me trataban. En los últimos partidos, cuando me tocó jugar de entrada como local, ver a mi familia devuelta en la cancha me hizo muy feliz. Una revancha fue estar al máximo para volver a vivir los lindos momentos con mi familia.
– ¿Qué opinión tenés de Gustavo Alfaro?
-Es un técnico que me fue de frente y sincero. Cuando hice las cosas mal, vino y me lo dijo. Fue un entrenador que no me dijo que debía hacer goles para jugar, pero que si teníamos que ganar. Explotó al máximo lo que veía que estaba haciendo bien y supo entender los momentos. Es un técnico admirable en referencia a que siempre encuentra la manera de sacarte adelante en los malos momentos.
– ¿Qué tuvo este equipo para meterse en la próxima Copa Libertadores de América 2019?
-Compañerismo, grupo y humildad. Los chicos son muy unidos. Salimos de una muy mala, que fue salvar la categoría por un punto. Arrancar el torneo peleando el descenso también es muy duro, hay que tener un grupo muy fuerte. El fútbol es competencia y acá se peleó por un puesto día a día. La competencia es sana y muy leal, esa fue la clave para quedar dentro de los cinco mejores del fútbol argentino.
Nicolás Roncoroni
Foto: Daniel Méndez.