#UnDíaComoHoy… Huracán se consagraba campeón de la Copa Ibarguren.
La Copa Ibarguren era un torneo anual disputado entre los campeones de Buenos Aires y Rosario. Huracán venció a Newell’s con resultados de empate 1 a 1 y triunfo 1 a 0.
En 1922, Huracán se consagró bicampeón del fútbol argentino (ya había conquistado el título en 1921), tras una campaña brillante en la que apenas perdió un partido. A consecuencia de este título, el equipo de Parque de los Patricios se ganó el derecho a disputar la Copa Ibarguren, un trofeo donado por el Ministro de Instrucción Pública, Dr. Carlos Ibarguren, que se disputó entre 1913 y 1958, también conocido como Campeonato Argentino. Desde el comienzo y hasta 1941, en la final se enfrentaron el campeón de la Asociación Argentina y el de la Liga de Rosario (las dos competencias más fuertes del país). Esta competición no se jugó entre 1926 y 1936. En la edición anterior (perteneciente a 1921, pero disputada en enero de 1922), Newell’s se había impuesto a Huracán con comodidad: 3-0, en la cancha de Boca, con dos goles de Atilio Badalini y uno de Julio Libonatti. Y Huracán tuvo su revancha en esta segunda participación en la Copa Ibarguren.
Newell’s y Huracán repitieron sus títulos y tuvieron que dirimir este trofeo otra vez. El 24 de marzo de 1923 se midieron en la cancha de Sportivo Barracas e igualaron 1-1. Loyarte había puesto en ventaja a los rosarinos, mientras que a seis minutos del final empató Angel Chiesa. Huracán formó con: Ernesto Kiessel; Carlos Nóbile, Juan Pratto; Fontana, Ramón Vázquez, Juan Scursoni; Adán Loizo, Rodríguez, José Laguna, Chiesa y Cesáreo Onzari. Poco más de un mes después, se volvieron a enfrentar en el mismo escenario. El 22 de abril, Huracán ganó 1-0 y festejó. El único tanto del encuentro lo marcó Chiesa, a los 40 minutos. Sólo hubo un cambio respecto de la formación del primer partido: el ingreso de José Caldera en lugar del Negro Laguna.
Esta temporada, Huracán también debía enfrentar al campeón uruguayo, Nacional, por la Copa Río de la Plata/Ricardo Aldao, pero debido a la tirantez entre las dos asociaciones (sobre todo, a partir de la deserción de Peñarol el año anterior), no se disputó la final para determinar al campeón rioplatense. Sin embargo, también se trató de un año consagratorio en una década consagratoria.
Roberto Andrés Guidotti