“Que nadie se atreva a robarle la ilusión a Huracán”
Gustavo Alfaro habló en conferencia de prensa tras la victoria por uno a cero frente a Argentinos Juniors con la que el Globo alcanzó la línea de cuarenta puntos en la tabla.
La reflexión sobre el largo campeonato recorrido
“Cada fecha que pasa es una menos que queda, y en cada fecha uno está obligado a hacer análisis. Más que nada porque hay triunfos que se consiguen desde la necesidad, como el de San Martín de San Juan, sin haber tenido los méritos futbolísticos para haberlos conseguido. Eso nos puso en postura autocrítica de saber que, si a lo mejor los puntos que faltaban para entrar a una Copa Sudamericana los podíamos conseguir jugando mal, si nosotros lo que queríamos era aspirar a algo más, lo que teníamos que tener era una mejora sustancial. No en la actitud, porque si hay algo que me canso de elogiar es la actitud que tienen estos muchachos.
Fundamentalmente, ese análisis lo basábamos en Independiente, y en la diferencia que nos marcaron en aquel partido. Más allá del tres a uno, hubo una diferencia abismal de rendimiento. Yo les decía a los jugadores que después de veintidós fechas, nosotros estábamos sólo un punto debajo de ellos, tan mal no hicieron las cosas. Más allá de que vinieron jugadores, la mayoría son los mismos muchachos que estuvieron la temporada anterior y los que produjeron el cambio en lo actitudinal, desde su necesidad, son ellos.
Hoy sabíamos que en esta instancia, contra un rival muy complejo como Argentinos Juniors, que viene haciendo una campaña notable, el punto de partida y la forma para posicionarnos mentalmente para lo que viene era hacer ese análisis. Dónde nosotros estamos, después de todo lo que pasó, porque hemos jugado muchos partidos mal y a pesar de eso no hemos perdido, eso te marca la pauta que la ilusión de pelear algo en el comienzo, hoy en el final ya se acerca a una realidad. Por ahí no nos alcance, pero que nadie se atreva a robarle la ilusión a Huracán”.
Las claves para vencer a Argentinos Juniors
“Es un equipo muy práctico, que sabe muy bien a lo que juega y que maneja muy bien las cosas. Te hace ancha la cancha con mucha velocidad en el mediocampo. Tiene un promedio de edad muy bajo y tiene mucha intensidad física. Yo veía que si nosotros jugábamos estirado, como con San Martin de San Juan, lo más probable era que en el ida y vuelta nos marcaran una diferencia. Lo primero que había que hacer era tener una defensa que juegue diez metros más adelante, que trate de tomarlos bien a los puntas, a los extremos. Que Lucas Barrios se quede sin espacios para poder resolver.
De pronto, nosotros habíamos armado un partido con Nico (Silva) y Nacho (Pusetto) por las bandas y Diego Mendoza, pero veía que no podíamos manejar la pelota en la mitad de la cancha porque la presión nos obligaba a dividir la pelota y ahí estábamos en inferioridad numérica. A los treinta minutos del primer tiempo le dije a Nico que se fuera a jugar de enganche y a Nacho, que por ahí no me escuchó mucho y siguió jugando por la punta derecha, que se desmarque como punta y ver si nosotros con los volantes, viniendo más atrás, como ellos tenían a Mac Allister y a Machín sobre Bogado y Damonte, si nosotros manejábamos la pelota ahí, podíamos darle la pelota a Silva para que gane las espaldas en tres cuartos. Creo que eso lo hicimos mejor en el segundo tiempo y con el ingreso del Rolfi (Montenegro), ganamos en esa capacidad de poner la pelota contra el piso y jugar.
En el entretiempo les pedí adelantarnos diez metros más adelante con la posesión de la pelota en el campo contrario. De esa manera, pudimos empezar a usar a los laterales que pasaban en ataque. Más allá de que sabíamos que era muy difícil generarles situaciones. Estos son partidos que se definían por detalles. Los dos buscaron presionar, no dejar jugar, y creo que Huracán por su convicción y su mentalidad de querer el triunfo, se lo terminó quedando.
La capacidad de potenciar el rendimiento de los jugadores
“Yo digo siempre que cuando uno llega a un club, lo fundamental es no tratar de acomodar a los demás en función de uno, sino uno en función de los demás. Yo tenía que entender rápidamente la idiosincrasia propia que tiene Huracán, las necesidades del club y del plantel y tratar de trabajar en pos de revertir, como yo le decía al Presidente. Tenía que tratar de que Huracán deje de ir por las banquinas. Iba por la banquina de la derecha cuando peleaba el descenso o por la de la izquierda cuando peleaba las copas. La intención es tratar de sostenerlo en un lugar, y en el fútbol trasciende más lo negativo que lo positivo, porque parece una obligación. Todos queremos que el equipo gane, que sea protagonista y vaya para adelante, y da la sensación de que cuando lo consigue es algo que está implícito en el ADN de todo jugador de fútbol.
Las derrotas y las malas campañas, dejan su efecto residual en el estado de ánimo. Y permanecen más los efectos negativos que los positivos. El efecto del final había sido negativo, de la manera en que al equipo le costó salvar la categoría, y había que recuperar la ilusión. No me fue complejo porque hubo una muy buena predisposición de parte de los jugadores, porque sentí algo que muy pocas veces sentí cuando llegué a un club, sentí respeto. Sentí respeto por los dirigentes, por la gente de Huracán, por los jugadores, y ahí es donde yo sentí que era una tierra fértil para conformar esa sociedad competitiva que uno quiere conformar con los jugadores. Yo le pedí más a los jugadores y hoy me piden más a mí. No existen fronteras en la ilusión, porque siempre avanzamos para adelante, en esas subidas que a veces tienen los equipos. La derrota de Independiente nos enseñó que ese no era el camino, que teníamos que modificar, que teníamos que cambiar, y eso lo pudimos hacer gracias a la predisposición de los jugadores. Lo importante es que estamos todos al servicio del equipo. Todos queremos sentirnos orgullosos de la camiseta que vestimos”.
La posibilidad de clasificar a una copa y el promedio del año que viene
“Si es por mí, quisiera que Huracán juegue la Copa Intercontinental, que juegue todo. Si clasificás a una Copa Libertadores, es porque hiciste un buen colchón de puntos que te puso entre los cinco mejores. Si bien la cuenta que nosotros estamos revirtiendo viene de abajo, hoy Huracán está en el puesto dieciséis. Tiene 69 puntos la temporada que viene, después viene Tigre con 50 y hay un montón de equipos en el medio. Nosotros este año habremos arrancado en la posición veintiséis, estábamos un punto arriba de Temperley y a dos de Arsenal.
Yo lo digo por experiencia, cuando estuve en Arsenal jugamos cuatro Libertadores de manera consecutiva y las de ese año se jugaban por sumatoria de puntos. Yo le daba la misma importancia a la copa que al torneo, porque no quería comprometer el futuro de la institución. Porque el plano internacional seduce a todo el mundo, pero después de qué sirve la seducción si estás hipotecando el futuro. A veces hipotecás un partido porque te estás jugando un objetivo, que es la gloria, pero siempre le di el mismo nivel de importancia. Cuando me fui de Arsenal estaba en el puesto 3 de la tabla, había conquistado tres títulos y había conformado su equipo con la mayoría de jugadores propios. El trabajo se hace de esa manera y uno lo ve de ese modo, dándole la misma importancia a lo local. Yo lo que quiero es dejar a Huracán lo más arriba posible. Hay muchos jugadores que se les termina el contrato, a nosotros también se nos termina el contrato, y como les dije a los jugadores, nosotros tenemos que sumar la mayor cantidad de puntos para ganarnos el derecho de que Huracán nos quiera renovar el contrato”.
El sueño de dirigir al Globo en el plano internacional
“Todavía no lo sé, la verdad es que no tengo más que palabras de gratitud hacia Huracán, hace veinticinco años que soy entrenador de fútbol, hace quince de primera y en muy pocos lugares sentí lo que sentí acá. Yo soy feliz acá, pero sé que en el fútbol todo es provisorio y el derecho lo tenemos que vivir conquistando día a día. No voy a hablar de casos hipotéticos que no existen, porque Huracán todavía no clasificó a una Copa Libertadores, es una ilusión. Lo más importante es el partido con Tigre de la semana que viene. Para mí no existe otra cosa que el presente. Si el futuro es el lugar en el que vas a vivir mañana, y vos querés que sea el que deseás, lo único que me enseñó el fútbol es que la inversión la tenés que hacer en el presente. Hay que pensar cómo ganarle a Tigre”,
Lo peor y lo mejor de dirigir en Argentina
“Quizás lo mejor sea lo peor. Las urgencias y necesidades, las ambiciones, el saber que las diferencias entre puestos no te impone condiciones deportivas, la posibilidad de que todos puedan ser campeones y todos se puedan ir al descenso, la locura desenfrenada por correr detrás del éxito sin saber qué es el éxito, hacen que el fútbol argentino sea histérico. Esa histeria a veces te avasalla, te descarta, y te tira a un costado. A veces te forja un espíritu competitivo que te hace sobrevivir en ‘uno de los futbol más complejos de la Tierra’. Yo creo que lo negativo es lo positivo. Lo negativo me vacuna y me da el antídoto para decir ‘si yo puedo dirigir en el fútbol argentino, puedo dirigir en la luna”.
Rodrigo Germán Da Silva
Foto: Daniel Méndez