“La estrella que logré en Huracán la llevo en la piel y en mi corazón”
En una entrevista exclusiva con Huracán TV, Daniel Montenegro habló del final de su carrera y repasó los momentos más importantes que vivió en el Club Atlético Huracán.
Daniel “Rolfi” Montenegro conversó en exclusiva con la web oficial del Club Atlético Huracán y revivió lo que fueron sus 21 años en el fútbol. En esta segunda parte, el ahora ex futbolista habla de su tercera etapa en el Globo, de la Supercopa Argentina 2015, su experiencia en la Selección Argentina y su futuro después del fútbol.
-En el año 2015 comenzó tu tercer y último período en la institución. ¿Te sorprendió como se dio tu llegada?
-En Mataderos todavía me quieren matar, ja. A veces suceden cosas en minutos y así fue. De no tener chances y que ni siquiera se me cruce por la cabeza el recibir un llamado, se comunicó conmigo la persona que menos esperaba. Me llamó Eduardo Domínguez faltando tres horas para que cierre el libro de pases. Ya había tenido una reunión con el Presidente y la negociación se dilataba, sabía que yo quería volver. Sentía la necesidad de estar otra vez en Huracán. Recibí esa comunicación y la negociación se aceleró mucho más.
-Podés recibir críticas de todo tipo, pero la realidad indica que te retirás del club con una estrella.
-Eso lo tengo tatuado. La estrella no me la saca nadie, me la llevo para siempre en mi piel, en mi corazón y a donde vaya. Esas cosas no se sacan. Nunca imaginé salir campeón en esta institución, más que nada por todo lo que dije antes. Ahora, cada vez que pasa el tiempo, nos sentimos más cerca de conseguir muchas cosas más. Quedamos en un lote de cinco equipos, merecimos estar ahí. Hicimos una cantidad de puntos que nadie esperaba. Lo más importante es mantener un orden y una idea. Eso es lo que voy a ver de afuera el día de mañana.
– ¿Qué tenía de especial aquel equipo campeón del 2015?
-Tenía una mezcla de experiencia y gente joven, que hacían las cosas fáciles. Teníamos al Gordo (Ábila) que hacía goles de todas las formas. Contábamos con el Kaku (Romero Gamarra), Espinoza y Edson (Puch), que tuvo la oportunidad de marcar el gol contra River. También, había gente grande que aportaba mucho. Después de eso, fue técnico Eduardo (Domínguez), que era compañero nuestro. El plantel era muy unido. A los rivales se les hacía muy difícil jugar contra Huracán. Logramos un respeto en poco tiempo y, a partir de ahí, tuvimos el caradurismo de poder conseguir cosas a pulmón y ganas. Hoy se valora mucho la Supercopa Argentina y en ese entonces era una ´Copita´ más. Pudimos ganarles en la Supercopa y también los complicamos en las semifinales de la Copa Sudamericana, donde los terminamos eliminando. Logramos que nos respeten mucho y obtuvimos cosas importantes.
– ¿Ese Huracán jugaba mejor los partidos importantes?
-Estaba bien compacto y ordenado, sabíamos a lo que jugábamos. En el medio, salvo la Bruja (Vismara), que terminaba fusilado, no marcaba nadie. O Mauro (Bogado) que llegó después. Sino el mediocampo lo integrábamos Kaku (Romero Gamarra), Pato (Toranzo), la Bruja (Vismara) y yo. Pero todo pasaba por un tema de mentalidad, todos debíamos colaborar. Éramos importantes tanto para atacar como para defender. Debíamos tener un compromiso y saber qué hacer.
– ¿Qué te quedó de aquella final contra Independiente Santa Fe de Colombia?
-Bronca. Estábamos tan cerca y lo perdimos en los penales. Era un rival difícil, en un lugar con altura. Pensábamos que, si lo ganábamos como locales, teníamos muchas chances por cómo se iba a dar el partido. Ellos eran un equipo de no tanto ataque, que intentaban contragolpear. No tenemos reproches, nos fuimos con la cabeza en alto porque después teníamos que jugarnos la permanencia en la Argentina. Hicimos una Copa muy buena y se nos escapó en el final.
– ¿Todavía se te cruza por la cabeza la jugada de Wanchope Ábila?
-Sí, si. El Negro (Ábila) hizo un montón de goles, no había nada para reprocharle. Tanto nosotros como la gente se lo reconoce en el momento en que está en Huracán. Son circunstancias y tenes que estar en ese momento, después lo perdimos en los penales. En el balance de los 180 minutos hicimos una buena final.
– ¿Siendo hincha de la institución se vive diferente el pelear el descenso o jugar la final de una Copa?
-Se sufre y se vive más. Cuando estás ahí, representas a todos los hinchas como vos. Es difícil el sentimiento dentro de la cancha. Tenés que controlarlo y reconocer el sentido de estar dentro o fuera del campo de juego. Cualquier jugador cuando le toca vestir una camiseta, sea o no hincha, va a dejar todo porque es su trabajo y por el respeto de quien tiene al lado y el de la gente. En el tiempo que me tocó estar acá, todos los jugadores con los que compartí dejaron el máximo, sean o no hinchas.
-Si tuvieras la posibilidad de volver a disputar algún encuentro en Huracán en el que considerás que no mostraste tu mejor rendimiento, ¿con cuál te quedarías?
-Siempre tenés esos partidos, pero no sé porque esos los intento borrar rápido y corregirlos en el momento. Si te quedás con eso es muy difícil seguir. Terminás en un pozo del que no podés salir más. Creo que en Huracán tuve más partidos buenos que malos a lo largo de mi carrera. Eso me dio la posibilidad de que me vendan o que hagan un banderazo en la puerta de mi casa.
– ¿Y aquel partido ante San Lorenzo donde Juan Manuel Azconzábal decidió sacarte a falta de 25 minutos?
-Eso no fue una decisión mía, fue del técnico. Pensó que debía salir. Uno adentro vive otra adrenalina y no se da cuenta de muchas cosas. No me lo esperaba, estábamos pasando un buen momento. El equipo estaba haciendo un partido más que interesante. Aparte, la cosa empeoró porque justo nos hicieron un gol. Fue más doloroso, pero pasó por una decisión técnica.
-Daniel “Rolfi” Montenegro se retira del Club Atlético Huracán siendo el jugador más longevo en marcar un gol y también en vestir la camiseta del Globo. ¿Qué valor le das a estas marcas que lograste en tu carrera?
-No te das cuenta. Cuando estás jugando al fútbol y haciendo lo que querés, no lo mirás. Se le va a dar mayor importancia en el momento en que no juegue más. Quedás en la estadística en cuanto a la presencia y el gol, pero lo más importante para mí es dejar algo en el club. Tuve la posibilidad de repetir y más de una vez mi presencia en los tres clubes en los que jugué en la Argentina. Eso significa que hiciste bien las cosas, fuiste respetado y dejaste una buena huella.
-En diferentes entrevistas comentaste que tu cuenta pendiente pasó por jugar una Copa del Mundo. ¿En cuál considerás que estuviste más cerca?
-Creo que en 2010, la Copa del Mundo de Sudáfrica. Ahí sentí que podía tener una chance. Había ido a todas las convocatorias con Maradona, éramos solo dos o tres del fútbol local los que íbamos. Estaba pasando un buen momento, sentía que podía ser parte. Me tuve que ir a México en ese último año y ahí bajaron mucho las chances. Pero ese fue el instante que más cerca estuve. Aparte de ser convocado, tuve la oportunidad de ser capitán en el equipo que se armó en Argentina. Creía que podía ser la chance, pero se diluyó cuando me fui. Ahí me dolió un poco, pero el fútbol es así. A veces tenés que elegir algo o pasan cosas en el medio que no esperás.
-Hoy el fútbol mexicano se ve con mejores ojos que en aquella época. ¿También te jugó un poco en contra eso?
-Puede ser. Cuando me fui, hablé con Diego (Maradona) y me dijo que me iba a seguir teniendo en cuenta. Pasó el tiempo y te vas perdiendo un poco. No tiene la misma importancia en el sentido de ser televisado a diario. Por ahí, mostraban los resúmenes o algún partido en especial. Perdí un poco en eso, aunque sabía que ir al América de México era un paso importante. Y así lo fue.
-No es un título ni una estrella, pero el hecho de compartir plantel con Lionel Messi debió ser una satisfacción muy grande.
-Si, totalmente. Esas son cosas que no se olvidan. Como recuerdo de eso, tengo una foto marcando a Messi y con el Diego (Maradona) al lado. Con eso me puedo morir tranquilo. La tengo en mi teléfono y muchos me dicen ´muy buena foto´ cada vez que la ven. Esas cosas no me la sacan nadie. Son vivencias que te deja este fútbol tan lindo, en el que podés conseguir y lograr cosas que muchos quisieran.
-Compartiste cancha en los entrenamientos con Lionel Messi. ¿Qué podés comentar de aquella experiencia?
-Empecé a jugar con él cuando era más chico. Siempre que me preguntaban, decía que era un pibe de 20 años al que le exigían como a uno de 30. No dejaba de ser un chico. Eso lo generaba por lo que hacía y transmitía dentro de la cancha. Era impresionante verlo jugar. Les decías a los defensores que iba para el medio y ellos te respondían que ya sabían, pero que así y todo no se la podían sacar. Son hechos que los podés explicar con naturalidad, pero cuando los vivís de tan cerca, con la facilidad que hace todo, te deja con la boca abierta.
-Hablando de lo que se viene después del fútbol. ¿Tu primer paso es un descanso 100% dedicado a tu familia?
-Si, si. Meterme en otra cosa sería volver a lo mismo. Quiero descansar, disfrutar y pasar más tiempo con ellos, que vean que hay un padre presente. Después que termine el verano y tengamos las vacaciones que merecemos, veo que haré. No hay apuro, debo pensar bien. Cuando jugué al fútbol era porque quería y lo sentía. Ahora es otro paso que tenés que dar para tu futuro, hay que analizarlo bien.
-Tenés un abanico muy grande para elegir. Ser entrenador, manager o dirigente, aunque en las últimas semanas se te vio como panelista en un programa de fútbol. ¿No descartás esa posibilidad?
-Tengo un amigo que trabaja en ese programa –No Todo Pasa en TyC Sports- y siempre me dice de ir. La primera vez fue una sensación linda. No estoy acostumbrado, pero la gente de ahí me hizo sentir cómodo. La segunda llegó porque se sintieron bien de cómo había estado y la manera en que lo había hecho. Puede ser una de las cosas, pero nunca se sabe. Tengo que estar preparado para todo.
– ¿El pequeño “Rolfi” puede ser futbolista? ¿Qué hablás con él?
-Le digo que se divierta y lo disfrute, que trate de jugar y pasarla bien. Ya va a tener tiempo de vivir presiones. Ahora es el momento de que lo disfrute, nosotros lo acompañamos en lo que él quiera. Tiene que sentir el apoyo del padre y la madre. El día de mañana tendrá un camino largo por recorrer. Siempre le digo que no es fácil, debe entrenar y entender que es un compromiso. Lo entiende, quiere estar y le gusta.
-Lo bueno es que tiene un libro abierto del fútbol profesional en su casa.
-Si, por eso. Quiero que lo disfrute ahora. Es el momento de jugar y divertirse, ya va a tener tiempo de hacerse mala sangre y preocuparse por otras cosas. Hay que absorber todo lo bueno. Siempre digo que, con esa edad, debe ser una computadora para ir cosechando lo positivo. Lo negativo lo irá reconociendo con el paso del tiempo. Necesita del consejo del papa o de amigos míos que también juegan a la pelota.
– ¿El hecho de terminar tu carrera en el Palacio fue un cariño hacia vos?
-Es algo que quiero, que internamente me llena de felicidad. Me da la paz de que debuté y me despedí ahí.
– ¿Te arrepentís de algo en estos 21 años de carrera?
-No. Pasaron muchas cosas que te hacen madurar y otras aprender. Lo único que quiero es que todo termine bien, con la imagen de todos festejando. No solo yo por el retiro, sino que el resto también, porque ellos siguen. No soy egoísta, nunca lo fui.
Mirá la segunda parte de la entrevista a Daniel “Rolfi” Montenegro
Nicolás Roncoroni
Edición de Video: Santiago Nigro.
Foto: Daniel Méndez.