Huracán, siete copas de un fútbol sin diferencias
Plantel Profesional

Huracán, siete copas de un fútbol sin diferencias

El primer registro de una Copa oficial en el fútbol argentino es de 1900: la Copa Competencia. Allí participaron los cuatro equipos de la Primera Liga (Lomas Athletic, English High School, Belgrano Athletic y Quilmes), más Rosario Athletic y dos equipos uruguayos: Albión y el Curcc, actual Peñarol. El ganador fue Belgrano Athletic. Desde entonces, se jugaron 86 ediciones de distintas Copas. Todas oficiales, homologadas por la AFA o entidades que la antecedieron. El partido de anteanoche, en San Juan, entre Rosario Central y Huracán, bien podría haber sido una final de la Copa Ibarguren, aquella que en la primera parte del siglo pasado, enfrentaba a los campeones de las ligas de Buenos Aires y Rosario. De hecho, Huracán se quedó con el título en 1922 y 1925, y Central la ganó en 1915.

Hasta la década del 60, las copas eran frecuentes, y muy populares: la Beccar Varela, la Adrián Escobar (jugada por los 7 mejores equipos del año), la Pedro Ramírez (que incluía equipos del interior), la Copa Competencia Británica, etcétera. En 1958 se empezó a jugar la Copa Suecia, y terminó dos años más tarde con la victoria de Atlanta.

Entre 1960 y 2011, sólo se disputaron dos copas nacionales: en 1969, la Copa Argentina, ganada por Boca,y en 1993 (terminó en el verano del ?94) la Copa Centenario, en la que Gimnasia y Esgrima La Plata derrotó a River en la final. En 2011 se repuso la Copa Argentina.

Desde luego que hay diferentes jerarquía en los títulos. Por ejemplo, entre las competencias internacionales, la Copa Libertadores tiene mucho más peso que la Sudamericana, certamen menor, más vinculados a la TV que al interés deportivo. Pero todas son oficiales y cuentan tanto como las de 1900. Oscar Barnade, periodista e historiador, dice al respecto: «¿Por qué noventa años después vamos a minimizar o desestimar aquellas conquistas? ¿Con qué derecho valorizamos desde un tiempo tan lejano? Está claro que la organización fue oficial y la ley pareja para todos. Además, a ningún hincha joven de esta época le gustaría que, dentro de 50 años, los futuros jóvenes desestimen o ninguneen las copas o los torneos actuales por ser irregulares, desprolijos o mediocres, por citar tres características. Son oficiales. Valorizar la historia, tener memoria, siempre es un buen ejercicio».

Con la conquista de anteanoche en la definición por penales frente a Rosario Central, Huracán sumó su séptima copa nacional. La historia no empezó en el 31. Desde hace tiempo, un grupo de historiadores y estadígrafos investigan con rigor y persisten en rescatar la historia amateur y viejas copas olvidadas. Gracias a ellos, lentamente, estamos dejando de distinguir entre era profesional y amateur, menospreciando injustamente los logros anteriores a 1931. La historia es completa y los campeones son campeones siempre, con las particularidades de cada tiempo y sus circunstancias, pero tan legítimos como los de hoy. Nadie puede juzgar a la era amateur como inválida simplemente porque no había dinero en superficie, como si la moneda diera existencia a algo y borrara lo anterior.

Por Fernando Pasini (canchallena.com)

Departamento de Prensa
Club Atlético Huracán