#HistoriaQuemera Valentino Mazzola y su cercanía al Globo

#HistoriaQuemera Valentino Mazzola y su cercanía al Globo

Historia Quemera

Valentino Mazzola fue un gigante balompédico: el mejor del mejor equipo de su tiempo, el Torino de los 40′. Allí, él era capitán. También, la figura, el cerebro, el símbolo, el ídolo, el organizador, el gran goleador. En definitiva, el Messi de esos días. Era elogiado por todos, incluso, desde la Juventus. Ganó la Copa de Italia de 1942 y cinco «scudettos» consecutivos entre 1942 y 1949: sólo la Segunda Guerra Mundial evitó, por la suspensión del calcio entre 1943 y 1945, que fueran más. Simultáneamente, entre 1942 y 1949 fue la mejor carta de aquel elenco, «Il Grande Torino», considerado uno de los mejores de la historia del fútbol, así como de la Selección Italiana, que se proyectaba como potencial campeona del Mundial de posguerra con un dato que contaba la jerarquía vivida: diez de los once titulares del seleccionado italiano pertenecían al Torino. Antes había hecho magia en Alfa Romeo (1938-1939) y Venezia (1939-1942). Pero, tanto aquel conjunto granate como su rey, tuvieron un trágico final: el 4 de mayo de 1949, el famoso accidente aéreo de Superga se llevó a casi toda la plantilla del Torino. Tras su partida, es considerado por la FIFA y la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS en sus siglas en inglés) como uno de los mejores futbolistas de la historia.

Existe un rincón quemero en este tren: Valentino Mazzola quería jugar en Huracán al finalizar su camino de maravillas por el Torino. Creció escuchando por radio partidos del Globo en su «Década de Oro» de los años veinte, aquella que lo ponderaban máximo campeón argentino junto a Boca de un fútbol rioplatense coronado como el mejor del mundo. Aquel team marcó al balompié entero y su futuro: tuvo a cuatro creadores de jugadas (Onzari con su «gol olímpico»; Bartolucci con su «palomita», Juan Evaristo con su «marianela» y Guillermo Dannaher con la después mal llamada «foquinha»), a los futbolistas más campeones del club, a varios triunfales de la Selección Argentina y al goleador del primer Mundial, nada menos.

A Valentino le fascinaba el fútbol argentino y, por sobre todo, la escudería de Patricios. En su tiempo de gloriar, Huracán era aguerrido en su tiempo de sus gigantes: Masantonio, Baldonedo y Méndez son solo algunos del desfile; La Quema había conquistado tres copas nacionales y, al tiempo, en ese funesto 1949 antes de aquella condición desdichada, llegó la noticia: el crack envió una nota a la revista «Goles» contando su deseo. Desde la redacción, lo contactaron con el club. No se conocieron los pasos siguientes, aunque sí una publicación en mayúscula: «MAZZOLA, SU ASTRO, NOS ACABA DE ESCRIBIR: QUERÍA VENIR A HURACÁN».

Gonzalo Hernán Minici

 

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