#HistoriaQuemera ¡Feliz cumpleaños, Pedro Barrios!
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#HistoriaQuemera ¡Feliz cumpleaños, Pedro Barrios!

Hace 56 años llegaba a su cuna de Maldonado, Uruguay, uno de los mejores centrales de las memorias huracanenses: Pedro Barrios. Un viviente sinónimo de seguridad, confianza y solidez. También, de gol. Mucho gol…

Dio sus primeros pasos futbolísticos en 1983 en Nacional, club montevideano en el que, a los postres, terminó su carrera al grito de «campeón» (1998). Luego, tras cuatro años, cruzó frontera para exponer su valía en Mandiyú, donde logró un histórico ascenso a Primera División y captó la atención de la La Quema, que sería su más acogedor hogar argentino. Allí, desde 1993, tuvo un lustro bien lustroso: conquistó afición dejando en claro ser un hombre de marcada presencia en las dos áreas. Tanto, que una cinta de capitán supo abrazar su camiseta número «2» al tiempo que una hinchada entera hizo lo propio con su talento variopinto.

De estirpe y ADN charrúa, combinó fiereza con lealtad, buena marca e inteligente sacrificio, lo que lo hizo imprescindible durante el recordado subcampeonato de 1994. No obstante, no sólo significó una garantía en el fondo propio, sino un problema en el rival: con sus 38 gritos en 152 cotejos disputados, es el zaguero más goleador del elenco de Patricios. Dueño de un notable cabezazo y lograda llegada al arco contrario, lo fue también de un detalle que resulta clave: ostenta el sexto mejor promedio de efectividad (89%) en tiros desde el punto penal del fútbol local. Además es, sólo por debajo del italiano multi-campeón Carlos Nóbile, el extranjero que más veces lució la «H» roja en el pecho. Y, del grupo de los del exterior del país, también el segundo que más gargantas supo romper en el Globo.

El mundo del fútbol lo recuerda como uno de los defensores más goleadores en la historia. El de Huracán, como un marcador récord (en varios sentidos). O, simplemente, como «Pedrito» o «el Uruguayo», quien dejó una marca indeleble. Por eso, una peña en Pergamino lleva su nombre con orgullo.

Gonzalo Minici