#HistoriaQuemera ¡Feliz cumpleaños, Oscar Garré!

A la novena campana de diciembre de 1956 despertó Oscar Alfredo Garré en Valentín Alsina. Miembro de honor del fútbol patrio, también lo es de la memoria huracanada.

Desde nacido, vivió en Rafael Castillo. Desde pequeño, en Ferro Carril Oeste: comenzó en novena división y, en 1974, sacó boleto a mayores. Lo apodaban «Ciruja», mote asociado a su descanso entre los tablones del estadio Arquitecto Ricardo Etcheverri. También, «Mago», tal vez por su magia, y «Perro», tal vez por su obsesión con el balón. Era un lateral izquierdo ciertamente espléndido. Tanto, que es una suerte de rey de Caballito: fundamental en los dos Campeonatos de Primera División del palmarés verdolaga (1982 y 1984), hasta 1988 cumplió un primer ciclo lleno de gloria. Y, para mayor gloriar, su estadía en la Selección Argentina, desde 1983: internacional en treinta y siete ocasiones, iluminó la estrella del Mundial 1986 en ese cielo del que Maradona fue Dios.

Con ese haber llegó a Patricios para ser un caballero de La Quema. Entre 1988 y 1989, anduvo por la senda de la incesante regularidad, la férrea garra, la marca precisa y la implacable firmeza que cargaba su gran figura. En dieciocho partidos, no le escapó al arco rival, que abatió dos veces.

Continuó extensa carrera en Israel; Hapoel Kfar Saba (1989-1990) y Hapoel Be’er Sheva (1990-1991), sus banderas. Volvió luego a su casa del centro geográfico de la ciudad para sellar su leyenda: con retorno en 1991 y adiós en 1994, se transformó en el hombre con más presencias en la Locomotora: superó las 600. Tras el retiro, comandó tácticamente a Ferro (1996-1997 y 2006-2007), Lanús (1997), Deportes Concepción (Chile, 2000), Huachipato (Chile, 2001-2003), Universidad Católica (Chile, 2004), Atlético Rafaela (2005-2006) y al Sub-17 nacional (2010-2011).

Padre y abuelo de futbolistas, sus hijos Emiliano y Ezequiel pasaron por el Parque, su habitáculo tan entrañado: el primero, de la cantera hasta el debut (1998-1999); el segundo durante 2016 y 2017. La presente página de historia quemera le rinde homenaje. Merecido siendo él campeón del mundo y luego habitante del Mundo Huracán.

Gonzalo Hernán Minici