#HistoriaQuemera ¡Feliz cumpleaños, Héctor Cúper!
Historia Quemera

#HistoriaQuemera ¡Feliz cumpleaños, Héctor Cúper!

Huracán, a poco de una nueva luz de vida de su reorganización fundacional, enciende las propias al recuerdo de un nombre y un hombre: Héctor Raúl Cúper. Nacido en el urbe santafesino de Chabás el 16 de noviembre de 1955, el hombre es abrazado en distintas coordenadas geográficas. El nombre, es una larga consecuencia.

Emprendió andar en Ferro, donde se hizo de un pedestal a puro esmero: a y en Caballito, se erigió como prócer ganando los dos históricos Campeonatos del palmarés verdolaga en 1982 y 1984. Allí, desde 1976 (salvo un lapso escueto en Independiente de Mendoza), libró más de cuatrocientas batallas. Luego, con toda la experiencia a cuestas, el «Cabezón» se subió al Globo para despegar del terreno impropio que ofrecía el calendario de 1989. Y cumplió: en 1990, con gran liderazgo defensivo y el número 2 en la espalda, fue el capitán del regreso a la única orilla que le cabe al elenco de Patricios: Primera División. Dos años más tarde, escogió casa blanca y roja para su retiro tras 132 juegos y 8 goles, aunque siguió enrolado en el club desde el banquillo de entrenador. Bajo su magisterio, La Quema recobraba protagonismo, al punto que llegó a acariciar la gloria del torneo Clausura de 1994, Campeonato que se escapó con impiadosas casualidades: el duelo final se disputó contra el segundo en su cancha y, luego de ese certamen, los valores en puntos de los cotejos ganados pasaron de 2 a 3, elemento que hubiera permitido la celebración quemera poco antes.

Su trayectoria directiva es vasta por demás. Señor de latitudes, condujo once cuadros de América, Europa y Asia, más los seleccionados de Georgia, Egipto y Uzbekistán (equipo actual). Es técnico de élite, especialista en explotar los caudales de cada conjunto, por abundantes o modestos que sean. Así construyó grandes campañas en el tiempo. Con ellas, la primera consagración de Lanús y las mejores páginas del Mallorca, entre otras. Sin embargo, su carrera se ve hastiada por el estigma de una fortuna esquiva: aunque gritó campeón tres veces, en ocho oportunidades quedó a un paso de los lauros. Claro, no sin haber sembrado el camino; como el que por sus últimos días hizo retumbar su apellido en el mundo árabe, tras haber clasificado a «los Faraones» del delta del Nilo al Mundial de Rusia 2018 después de veintiocho años de aridez.

Gonzalo Hernán Minici