#HistoriaQuemera El aniversario del «Palacio de América»
El 23 de abril de 1939 Huracán adquirió el predio de Alcorta y Luna donde jugaba desde 1924. Durante 1941, colocó la piedra fundamental y comenzó la construcción. Ya en 1943, presentó una maqueta y detalles técnicos del gran estadio y, el 10 de agosto de aquella añada, empezaron a levantarse las tribunas. El proyecto era totalmente faraónico: se estaba creando un gigante de cemento preparado para albergar a 116 000 espectadores; de momento, el más grande del continente. Finalmente, tras casi seis años de edificación, el domingo 7 de septiembre de 1947 este «Coliseo» de Patricios abrió sus puertas para enfrentar a Huracán y Boca (victoria quemera por 4-3). Su inauguración oficial, empero, con acto de estreno, bendición, almuerzo protocolar para autoridades y homenajes incluidos, se dio en una jornada que terminó con otro enfrentamiento multitudinario, aunque esta vez amistoso, nocturno e internacional: ante Peñarol (Uruguay), el 11 de noviembre de 1949, con victoria local por 4-1.
En esos tiempos, mejores que los actuales para sus paredes añejas y llenas de magia, se trataba de una de las canchas más modernas y dotadas de comodidades. Fue el quinto estadio de fútbol de cemento del país y disponía de incontables pasajes, lujosas salas, amplios pisos, abundantes boleterías y grandes entradas con molinetes, lo cual representaba una novedad para la época. Sus tribunas populares fueron y son los graderíos más grandes de Argentina y, en el hodierno, sigue siendo uno de los campos más espaciosos a nivel nacional, además de fusionar como ningún otro décadas de antaño con un actual estilo «art decó». Tuvo y tiene ganado su identificativo apodo por su excéntrica arquitectura palacial, coronada por las míticas cúpulas que forman las tres torres con mástiles abanderados de la Miravé, y la gran cantidad de mármol que contienen sus salones, lo cual es una hermosa rareza para cualquier casa deportiva. Por todo esto, la prensa de entonces lo rotulaba «Palacio de América».
Gonzalo Hernán Minici