#HistoriaQuemera Aniversario de «Tucho» Méndez
Historia Quemera

#HistoriaQuemera Aniversario de «Tucho» Méndez

El quinto día de 1923 vio primeras luces Norberto Doroteo Méndez, quien fuera luego eminencia de Huracán, pedazo de cada club en el que jugó, y, en llano, uno de los mejores futbolistas de la historia sudamericana, al punto tal de que nadie aún le pudo despojar su corona de «Rey de América».

Nació en Grito de Asencio y Atuel, huracanada frontera entre Patricios y Pompeya ubicada a seis cuadras del «Palacio» en el que hoy reina. Del barrio heredó la pasión por el Globo y el mote de «Tucho». Pateó sus primeras redondas en crudos potreros del sur capital. Jugó en Miriñaque, Piraña, y con once jóvenes veranos sedujo a José Carrero, buscador de talentos que lo acercó a la Sexta de su amado Huracán. De allí se formó en cantera siete años hasta 1941, cuando debutó en la máxima categoría el 13 de abril estableciendo certezas: gol (primero de tantos), presencia (primera de tantas) y origen del histórico tridente Masantonio-Baldonedo-Méndez.

Abracadabrante creatividad, indescifrables gambetas, vistosas jugadas, sorprendente capacidad goleadora (incluso, de larga distancia), guapeza, ingenio y sacrificio, hicieron de él bandera. Glorió en las aguerridas copas de 1942, 1943 y 1944 como goleador ranero de las dos últimas. En paralelo, prestigió muchísimo a la Selección siendo el mejor aliado de Stábile, el técnico internacional más ganador de todos: alzó el Campeonato Sudamericano de Selecciones en 1945, 1946 y 1947 (único tricampeonato de este certamen). En los tres casos fue primer artillero nacional, algo que sólo logró después Batistuta. Y en el primero, el anotador del campeonato. En total sumó 17 goles continentales y es, junto a Zizinho, el máximo goleador histórico de la Copa América. Además, es el tercero de los argentinos que más goles le convirtió a Brasil, bajo Baldonedo y Masantonio, sendos de Huracán, y, en general, el décimo segundo sumo anotador del cuadro albiceleste con 19 tantos.

En 1948 fue transferido a Racing junto a Salvini y Simes. Dirigidos por Stábile, lograron un famoso tricampeonato (1949-1950-1951) en lo que fue, quizás, el mayor elenco con base quemera por fuera de Huracán. En 1952 campeonó con Nacional (Uruguay), luego regresó a Racing hasta 1954, pasó por Tigre dos años, y finalmente retornó al Globo. Con la marca de despedida a San Lorenzo (7 de diciembre de 1958) totalizó nueve años en dos tramos, 247 partidos y 86 dianas, siendo el octavo mayor goleador del club. Luciendo la camiseta más hermosa, vivió veintitrés partidos internacionales y es, con Jorge Alberti, el quinto huracanense con más presencias patrias.

Afuera de las canchas supo ser un auténtico porteño bañado en tango y bohemia, cofundador de Futbolistas Argentinos Agremiados, actor de pantalla grande, canción y un carismático bienhumorado con aires de dandy. «Viví muchas vidas en una», arrojó. La suya se apagó el 22 de junio de 1988 a manos de un paro cardíaco; paro que jamás se hará extensivo a su recuerdo. Lo sabrá su monumento esculpido frente a la sede. Lo sabrán los de Masantonio y Baldonedo, siempre a su lado.

Gonzalo Hernán Minici