#HistoriaQuemera Aniversario de Manuel Giúdice
Historia Quemera

#HistoriaQuemera Aniversario de Manuel Giúdice

Córdoba, el 15 de julio de 1918, dio a Giúdice, todo un cultismo del puesto de centrocampista dentro del balompié nacional y un «Señor» de las crónicas quemeras.

Manuel Ernesto, ciudadano capitalino cordobés, se inició en su fútbol de suelo natal hasta debutar en mayores en 1936. Compiló talento y se volvió un clástico de cualidades muy resonantes y bienquistas, por lo que, a los tres años de actividad profesional, mudó su entereza al naciente Huracán de Guillermo Stábile. La guerra de goles de los años 30′ y 40′ lejos estuvo de espantarlo; más bien lo halló muy cómodo: en lo que dura un «nada», tomó el timón del centro en el campo huracanense y fue una de las figuras de la «Aplanadora», el recordado subcampeón de 1939. Así estableció principio de un relevante protagonismo a base de entrega inquebrantable y juego de alto vuelo, que mantuvo con regularidad erigiéndose como el «centrojás» emblema y campeón de las tres copas nacionales del Globo en aquel tiempo (Adrián Escobar 1942 y 1943, y Competencia Británica 1944). El además actor patrio durante 1943, totalizó 165 partidas y 17 tantos en La Quema. Con tal currículum fue a «La Máquina de River» en 1945, para campeonar en AFA y AUF. Allí vibró hasta 1947, cuando pasó a Platense, y, en 1949, tras la famosa huelga de futbolistas, a un Deportivo Cali (Colombia) de grandes aspiraciones y compañeros de barco, conocido como «el Rodillo Negro», donde consiguió un subcampeonato (1949) y aplicó hasta su retiro (1951).

Al finalizar el ciclo deportivo de «el Colorado», comenzó el de la dirigencia técnica de «Don Manuel»: su destacada trayectoria como entrenador comenzó en el país azucarero y logró alzar luego la Copa Suecia con Atlanta en 1958, dos Campeonatos (1963 y 1970) y dos Libertadores (1964 y 1965) con Independiente y otra liga con Vélez (1968). En el medio, ocupó el banquillo de su entrañado Huracán (durante 1963) y recorrió variadas latitudes argentinas esbozando tácticas en pizarras.

Falleció el 27 de junio de 1983, aunque siempre vivirá en las memorias del Parque como uno de los mejores «5» de la historia huracanada (pese a que, en sus días, se jugaba sin números dorsales), miembro ejemplar del curioso linaje histórico de centrocampistas cordobeses (Viberti, Vismara, Bolatti, él -sin lugar a dudas-).

Gonzalo Hernán Minici