#HistoriaQuemera Aniversario de Homero Manzi
Historia Quemera

#HistoriaQuemera Aniversario de Homero Manzi

La historia de Homero Manzi con el Globo fue una cuestión de orígenes predestinados: nació el 1 de noviembre de 1907, exactamente un año antes de la reorganización que le daría un tinte fundacional definitivo al primitivo Huracán. Pasó nueve años en Santiago del Estero, hasta que se mudó a Nueva Pompeya. Allí gestó su gran amor quemero en algún pupitre del mítico colegio Abraham Luppi. Y al tiempo enfatizó: le fascinaba el equipo de 1917. Con catorce años, escribió su primera obra.

Hombre de mucho andar, tuvo varias vidas en una. Hasta 1930 fue periodista y profesor de literatura, castellano e historia. Luego se dedicó al arte y creó una escuela de danza. En cine tuvo nutrida trayectoria: musicalizó siete películas, compuso los temas para otras siete, fue guionista en veinticuatro y director de dos. Algunas, muy importantes para la cinematografía nacional. Y fundó Artistas Argentinos Asociados. Por otro lado, participó también de una intensa militancia gremial y política.

Auténtico poeta, sus letras prestigiaron y enriquecieron al tango, además de valerle a él una gran popularidad. Entre las mismas se encuentran algunas de las más famosas y, en todos los casos, el barrio suburbano fue el escenario base de su inspiración. Además, su aporte fue fundamental para el rejuvenecimiento y la revalorización de la milonga. Contó con más de ciento tres canciones y, por tanto, en 1948 fue electo presidente de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores. Todo sin abandonar el recuerdo y las raíces de su tierra natal: en ocasiones firmó con el seudónimo Arauco («rebelde» en quichua).

A Huracán le atribuyó, en parte, su apego barrial: «La historia de los barrios porteños está escrita en los libros de actas de los clubes», reflexionó. Fue socio, estuvo presente en la inauguración del Ducó y, al día siguiente, plasmó con su pluma el emotivo y nostálgico texto «Treinta años de recuerdos alrededor de un Globo».

Falleció joven, el 3 de mayo de 1951. Tras su partida lo honoraron con varias canciones, un documental y una revista. Una calle en Pompeya lleva su nombre, al igual que el tradicional bar de una esquina porteña. Pero, por sobre todo, este símbolo infalible de la tradición capitalina descansa en su sector de la Tribuna Bonavena.

Gonzalo Hernán Minici