#HistoriaQuemera Aniversario de Ángel Riverol
Historia Quemera

#HistoriaQuemera Aniversario de Ángel Riverol

Como nace una canción, el 1 de octubre de 1893 emergió un artista de la misma: Ángel Domingo Riverol. Tango y barrio en su máxima expresión, con tinte rojo y blanco.

Guitarra en mano, elegancia en porte, talento en evidencia y pasión quemera en todo. Así era el músico que nació en la calle Chile 1469 (Monserrat) del amor de su homónimo padre y Dolores Cabral, ambos españoles. La última le enseñó a acariciar cuerdas a sus dos lustros de vida. Se inició como guitarrista en 1914, en un dúo que recorría el territorio bonaerense regalando música. Prosiguió en el «Teatro de Verano», al tiempo que se ganaba la vida como pintor y empapelador, hasta ser acosado por una úlcera estomacal. Por eso, en 1915 empezó a recorrer bares tocando en trío. Hasta 1930, conformó grupos con distintos artistas. Y, llegado el tercer 20 de ese año, debutó con el mejor: Gardel, de quien fue su cuarto guitarrista (según cronología). Junto al «Mago», el huracanense de Barbieri y José María Aguilar, grabó varios temas y se presentó en radios y teatros del mundo. Participó junto a Carlitos y Guillermo en la película «Las luces de Buenos Aires» y compuso cinco obras.

Casado con Aurelia Guliano desde 1913 e hincha «ranero» declarado, «Lungo», como lo llamaba el Zorzal por su 1,82 m de estatura, dejó en la cultura una certeza al lado de una duda: dos de los guitarristas de la voz del tango por excelencia fueron hijos de La Quema; ahora, lo del divo, que dedicó letras a Huracán y hasta cantó en sus vestuarios, ¿era sólo simpatía?

El 24 de junio de 1935 estalló la avioneta en la que volvía de una gira junto a Barbieri, Gardel, Le Pera y Aguilar (quien sobrevivió y trató de salvarlo con desconsolado esmero) causando quemaduras en todo su cuerpo y tango. El primero, no pudo resistir, por lo que Ángel se hizo en ángel dos días después del trágico accidente; el segundo, perduró por la eternidad, adornado con un Globo para siempre, como el escudo que, junto a su amigo y colega Guillermo, solía lucir en la solapa.

Gonzalo Hernán Minici