
“En Huracán recibí todo y lo di todo”
Luego de la presentación de su biografía titulada “Por el Andarivel del 8”, Miguel Ángel Brindisi dialogó en exclusiva con la web oficial y habló de todo: recuerdos en Huracán, el título de la obra y su gran emoción luego del acto celebrado en la sede social del Globo.
Sus etapas de trabajo en Huracán
“Cada una de las imágenes en el banner gigante de la presentación encierra una etapa diferente en el Globo. Una es la del Miguel que debuta, el que tiene toda la ilusión… Que de repente su sueño, su fantasía, se quedaron cortas ante la realidad, que es jugar en el club que amás, en el club donde te hiciste. Después, está la del Miguel que vuelve al club, ya siendo un hombre, una persona de más experiencia, pero siempre llevando intacto el pibe que era feliz jugando con la camiseta de Huracán”.
Sus relaciones afectivas y familiares
“Soy un ganador de la vida. Tengo una mujer maravillosa, tengo hijos maravillosos, nietos, nietas, sobrinos, familia hermosa, pero porque me reconforta. Soy un afortunado de la vida, y también tengo pérdidas. Hay campeonatos y hay amarguras, hay descensos, hay de todo en la vida. Siempre lo más importante de todo fue poder ir llevando el equilibrio. Ni sos tan fenómeno cuando sos tan campeón, ni sos tan horrible cuando te toca ir al descenso”.
Sobre “El Andarivel del Ocho”
“El hacedor del título, que es Rodolfo Chisleanschi, fue quien estuvo haciendo toda esta travesura. ¡Tuvo tanta paciencia de aguantarme! De estar horas y horas… Me encantó cuando me dijo: “Mirá, “Por el Andarivel del Ocho”. Me encantó. Queda perfecto, porque algunos kilómetros hice por ese costado, entonces me gustó el titulo. La verdad que estoy agradecido a Rodolfo, y a la inquietud de Sergio Rek. El otro día recordábamos. Yo le decía: “¿Te acordás cuando tomábamos el té antes de entrar a la radio, ahí en Avenida de Mayo, nos poníamos a grabar y a sacar cosas?”. Yo le digo que es un trabajo pulcro, porque están las ganadas, las perdidas, las vividas, los llantos, las alegrías: En definitiva, lo que es la vida, de aquello que son cincuenta años del día del debut. Es todo una vida recorriéndola, con altos y bajos, con alegrías, tristezas, añoranzas. Porque la distancia antes, no es como ahora, que ponés la computadora y ves todo. Antes nosotros una vez por mes recibíamos la carta. Cuando empezamos a recorrer, ni llamados. Yo llamaba los domingos a la noche, y antes de preguntar por mi vieja y mi viejo, preguntaba cómo salió Huracán. Y tenía a veces tres horas, cuatro horas de demora, porque la llamada tenía que ser vía operadora Madrid, y a veces me dejaban toda la noche y no llegaba la llamada. Siempre el motivo de la llamada, era para saber cómo había salido Huracán”.
Sobre su gran amigo René Houseman
“Yo a René lo veo acá, lo veo ahí, lo veo en la cancha. René no se fue, René está. Él llego en silencio. Ese pibe que llegó introvertido, así en silencio se fue. Siendo siempre un adolescente, René siempre tuvo 15 años. Era puro, transparente, fiel, leal, amiguero, noble. Te cuento una anécdota, de las tantas que tiene “El Loco”. Un día teníamos que hacer un táctico y René no venía. “¡No me las entregaban!”, decía. “¿Pero qué no te entregaban?”. “Las sillas de ruedas”. Y claro, cuando te dice una cosa así… Le había ido a comprar dos sillas de ruedas para dos chicos que tenían problemas motrices de la villa. Lo queríamos besar todos. Pero ese era “El Loco”. El otro día cuando estábamos ahí en Chacarita, acompañándolo, despidiéndolo, al estar con la familia, decíamos “René está por acá”. “El Loco” está, y el seguro hubiera querido que lo recuerden con música, con alegría, con una joda. Por eso digo, para mí René no se fue. René está en todos nosotros. Apenas lo conocimos, dijimos “Llegó el ancho de espadas, con éste somos campeones”, cuando apareció allá en Mar del Plata en la pretemporada. Por eso, está en el recuerdo de todos.
El significado de Huracán para él
“Huracán es lo primero de todo porque es mi barrio, es mi familia, son mis raíces. Después, la gratitud a todos los equipos que me tocó jugar, que me tocó dirigir. Agradecer la confianza de cuando te designan entrenador, es una responsabilidad muy grande. Uno está agradecido a todo el mundo. Ahora, lo mío esta acá, Huracán es mi casa. Acá me crié, mis primeros años de mi niñez los pase acá. Mi adolescencia, y me fui haciendo hombre en el club. El día que no esté más, quiero que sea acá. Ya lo sabe mi familia, lo sabe mi mujer, lo sabe todo el mundo, éste es mi lugar. Pero me encantaría, si se puede, que mi despedida sea algo en Huracán, donde lo recibí todo y lo di todo”.
Rodrigo Germán Da Silva y Lucía Yasinskyj